En general, viajando por Castilla y León, resulta impresionante la red de bodegas subterráneas centenarias que se construyeron antaño y que se encuentran en pleno centro de las ciudades.
Estas bodegas centenarias están en pleno centro de las ciudades
Es curioso que esas bodegas centenarias estén en pleno centro de las ciudades o constituyan auténticos barrios en un entramado que conectaba las casas por el subsuelo, pero la explicación es que, por sus condiciones higrotérmicas estables, son ideales para el almacenamiento y conservación del vino y de otros alimentos en cualquier época del año, con lo cual las familias tenían todo lo que necesitaban siempre a mano y en buen estado.
Muchas de ellas se conservan íntegras y se pueden visitar, en algunos casos incluso son como mesones con catas y degustaciones. Otras, sin embargo, están en venta y necesitan reparaciones, lo cual no deja de ser una inversión interesante para hacerse un búnker de la forma más natural.
Pasos que se daban en su construcción
La gran ventaja es que todo el trabajo previo está ya hecho, pues antes de empezar a construir, se seleccionaba la ubicación idónea de la bodega, teniendo en cuenta la topografía y el suelo, normalmente de arena y limo, de nula o baja plasticidad, ya que tienen menos riesgos de sufrir desprendimientos y el colapso de la bóveda.
Para facilitar la excavación, se elegían terrenos con una ligera inclinación, con mejor escorrentía al nivel de la superficie.
Allá por donde entraba excavando la zanja la maquinaria, quedaba marcada la puerta de entrada y luego se seguía excavando manualmente el túnel de acceso, reforzando la parte superior del cañón con mampostería; y construyendo la chimenea de ventilación como si fuera un pozo.
El material excavado y subido con poleas no se desperdiciaba tampoco, sino que cubría el cañón en forma de loma, para lograr una mejor evacuación de la lluvia y mayor masa térmica.
Lo último en excavarse era la cueva, no demasiado grande, por lo que rara vez se encuentran apuntalamientos, en todo caso, refuerzos con arcos y columnas de piedra granítica.
Se aprovechaba todo el material sobrante
El material sobrante de la cueva se situaba sobre la bodega subterránea, cuya conservación es imprescindible para evitar la humedad y el encharcamiento, por eso es importante mantener las pendientes para que resbale el agua de lluvia.
Actualmente, hay que tener en consideración, si se pretende edificar en solares en zonas de bodegas, que puede haber bodegas ocultas y, por tanto, es necesario comprobar si el subsuelo presenta oquedades para mejorar la cimentación de la construcción.
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